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Los Tres de Siempre

 

Éramos tres…eso era lo usual, por lo general yo pasaba a buscar a “EmilioChico” y nos dirigíamos a casa de de Yerko…siempre caminamos contentos, hablando de misterios y cachureos, por esa época no sabia que queríamos ser, pero si que siempre hablar era la mejor forma de ser libres, sinceros y felices… los tres nos sentábamos en un esquina de la casa a nuestras denominadas «tertulias», conversar era la mejor forma de aprender y crecer…el suelo era rojo a veces encerado, más la puerta que tenía una lata que sonaba del demonio si no sabias abrirla, además había  una mata de un arbusto que daba un fruto negro que manchaba mucho la ropa, eso lo comprobamos en más de alguna guerra de manchas por todos lados.

Nuestras conversaciones pasaban de extraterrestres a bolitas con la misma facilidad con la que comíamos ciruelas verdes o nos agarrábamos a patadas jugando al sol…

A veces a nuestra tertulias se sumaba uno que otro amigo, no sé en que momento perdimos ese espacio, pero la conversa la hemos mantenido por siempre, recuerdo que me gustaba sentarme al medio porque me sentía más seguro sobre todo ante las charlas del Diablo, demonios y cosas raras que pasaban por la vida…los mitos se acrecentaban…las sombras con poncho o quien hizo el Cristo Negro de Pirque eran conversaciones habituales, los marcianos además era un tema recurrente, casi siempre con poca luz ya que cuando se quemaba la ampolleta quedaba así por meses, el frío era siempre por no querer abrigarnos pa no perder la mística y atmósfera, pasábamos horas mirando el pequeño cielo que teníamos sobre nosotros hablando de cometas, planetas o estrellas, soñando seguramente, casi siempre estas conversaciones eran eternas sin llegar a ningún punto, recuerdo que los comentarios de series siempre estaban…el silencio nunca nos gano y no recuerdo no tener de que hablar…

Como conté antes, la puerta si no la sabias abrir era una sonajera del demonio, tenias que pasar una mano hacia adentro y levantar la puerta para que sonara menos…si la abrías sonaba la lata y era pesada, si o si tenías que hacer algo de fuerza para abrirla…recuerdo un día como nos apretamos rápidamente al sentir que se abría repentinamente y nos paramos deprisa, no había nadie…la puerta hizo su sonido fuerte, pesado, arrastrado… alguien debería haber entrado, pero nosotros no lo vimos, recuerdo el corazón rápido y empujándonos para entrar a la casa que tenía doble puerta (Protección y puerta de casa), entramos riendo nerviosos, apresurados, una vez adentro ninguno quería ser el primero en salir…hoy a veces recordamos y pensamos que no sabemos quien ni como se abrió esa rara, vieja y pesada puerta…

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