Me sigue gustando más un parque que un café, una mano que aprieta, una tostada mañanera o un perro con la lengua afuera.
Me sigue gustando el árbol pintado de verde y amarillo en otoño, la bufanda evitando el resfrío y el abrigo con capucha para escapar de la lluvia.
Me sigue gustando la que lee, la que se preocupa cuando le dicen tonta más que cuando le dicen gorda, la que busca y sonríe, la que al final siempre escribe.
Al final me sigue gustando que de una u otra forma siempre vuelvas y que que por supuesto te des el tiempo para leer (te)