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Historias

Una historia que no me pertenece!

En alguna tarde de invierno, de hace ya algunos años,   en tres tandas me hacen entrega de una historia de vida que no me corresponde, una historia donde aparezco, pero no en primera persona como es habitual en este blog, más bien acá soy un personaje secundario en el desarrollo de la misma, ya que no es mía, sino de otra vida! de otro tiempo, un tiempo donde     me tardé un buen rato en aparecer!

Luego de algunos años de charlas y peticiones, me dejan publicarla, no si antes pedirme que los nombres y las fechas se cambien convenientemente para el no reconocimiento y el absoluto anonimato, petición expresa de quien escribe este pedazo de historia llena de amor,   que siempre pensé,   es una de esas que me gusta nombrar como : «Digna de ser contada»

Me parece justo que pueda responder cuando hay algo que quiero decirte.

Cuando pienso que no me conoces, creo que la mejor forma de empezar es decirte»…

Nací   a las 8 de la mañana ( por eso estoy destinada a levantarme temprano), en el San Borja Arriarán. Mi abuela me soñó, sabía que iba a llegar. Me llamaron Carolina porque mi madre no tiene personalidad y dejó que me bautizaran así. Y aunque me parece tan común el nombre significa, junto con el impronunciable segundo nombre: mujer valiente que en Dios confía.

Pero vamos al grano, nací en verano y el sol me regaló la alegría de vivir. Cuando nací mis papás estaban hace unos años juntos y peleaban con la pobreza para poder sobrevivir. Mi mamá siempre ha estado en la casa y mi papá en esos días tomaba el estado de la luz en lugares que en mi vida he visto.

Creo que tengo recuerdos de muy pequeña, el primero el terremoto del 85. Vivíamos junto con mis abuelos y mis tíos. Nosotros teníamos una pieza grande que era todo, cocina, comedor, dormitorio y hasta baño, porque mi mamá nos bañaba al lado de la estufa. Siempre pensé que era una casa de muñecas. Compartía la cama con mi hermano y dividía nuestra pieza a la de mis papás un clóset que hacía de pared y de pizarra.

Mi abuela, era una mujer complicada, siempre tenía la razón y gustaba de dirigir la vida del resto. Por eso nos fuimos de su lado y vivimos en una casa de allegados. Me acuerdo de esos días. Recuerdo cosas que no me gustan, que me obligaron a crecer. Pero también recuerdo que tenía un set de pinturas Tammy, esas que se salían con agua.

Con el tiempo mi vida se fue tornando cada vez más compleja. Aparecieron mis primeros amigos y   los primeros desafíos. Como siempre he sido mimada, ser la mejor es parte de mi ADN, nunca se me ha permitido cometer errores. Eso bien lo saben mis amigos, que cuento con los dedos de una mano y que nunca me han pedido nada. Por eso siempre he creído que la amistad es sólo aceptarse y ser feliz porque ellos están vivos.

Soy una convencida de que el amor, al final, mueve todo mi mundo. No recuerdo en mi vida un instante, un suspiro sin amor.

Mi vida ha sido, creo, y con el sacrificio de muchas personas, la mejor vida de todas. Lejos del dolor y de las miserias. No hay ni rastros de sufrimiento verdadero, no hay mi deseo de cambiar nada. La primera vez que sentí que no podía salir del dolor fue cuando murió mi abuela. Se llamaba María y tenía la piel más suave del mundo. Tejía y hacía flores de porcelana, siempre me dijo que un hada me había concedido el favor de ser feliz y que nadie jamás podría quitarme ese don. Mi Yeya, hacía el mejor arroz con leche y tenía las mejores palabras para quitar la angustia.

Cuando creí que nada podía derrotarme, enfermó. Vi como se agotaba la mujer infranqueable y surgía de ella el ser humano. La penúltima vez que la vi, dos semanas antes de morir, le rogué que no me dejara sola, le supliqué que no dejara de pelear y que no le ganara la muerte, me dijo que hace tiempo había comprado la mitad de mi corazón y ya lo estaba ocupando.

Siete días antes del 28 de abril, la vi por última vez. Tuve que juntar fuerzas para decidirme a fingir que nada pasaba. Cuando entré a su pieza, estaba recién haciéndole efecto la morfina, pero abrió los ojos y me saludó como siempre, «hola mi amor». Sostuve su mano y lloré en silencio mucho rato. Diciéndole que nunca me iba olvidar del hada.

No sé que es, no sé qué pasa cuando alguien se muere, pero sé que nunca he sentido tanto frío como ese día de otoño.

Siempre la veo en el cielo, siempre la escucho recordarme del don.

Esta es la primera parte de vida, los detalles sabrosos te los contaré en nuestras infinitas conversaciones.

2ª tanda:

Hasta este día, pensaba que estaba lejos del dolor. Hasta este día tenía sólo una amiga, ya la conoces, su nombre es Catalina Pérez.

(Para el capítulo dos es necesario reservar su ejemplar y besuquear a la autora)

Como ya has hecho lo que debías, creo que te mereces la segunda parte de la apasionante historia de mi vida.

Después de eso, mi vida se reconstruyó entre llantos y alegrías. Ya había pololeado con Martín. Recuerdo que cuando lo conocí me encantaron sus ojos. Recuerdo que pensé, «en el agua de sus ojos, se bañaba el verde claro», de Víctor Jara. Pasé súper «contentos» momentos con él. De hecho hasta ahora somos amigos y escucharás que lo nombro.

Mis historias con los hombres son divertidas, dignas de un guión mexicano. José Pedro, es uno de esos. Hijo de diplomático, estaba acostumbrado a alardear de que había hecho, estaba seguro que su padre se aseguraría que todos ellos pasaran por encima de la ley. Pero en el fondo no era así, de hecho creo que es el hombre más triste que he conocido. Aferrado a una vida que no existió nunca, a una familia que nunca lo acogió. Creo que ya te lo he dicho, de todos, a él sí lo extraño a veces, me dan ganas de buscarlo y decirle que siempre va a contar conmigo, pero él decidió alejarme, no hablarme más, enterrarme junto con su papá.

Del que viene te podría contar algunas cosas buenas, pero todas las cosas malas que hizo terminaron por borrármelas de la memoria. Yo no sé que tengo con los hombres raros, pero con este te aseguro que rompí el molde, jajaja.

á‰l llegó temprano un sábado 30 de mayo de 1998. Yo necesitaba urgente clases de matemática y él era el único candidato a profesor que conocía mi familia. Siempre me voy a acordar de ese día, de su sonrisa, de lo divertido que era, de lo rápido que se me pasó ese día.

La amistad que labró en 3 años terminó creando un amor tan sincero y filial que no podía ser de otra manera.

Un día me dijo que nos fuéramos a la playa. Yo sabía lo que eso significaba, de hecho él había sido a mis 19 años el único hombre que me había tocado. Siempre terminaré agradeciendo su paciencia y la dedicación que puso para que mi primera vez no fuese ni traumática ni dolorosa. Yo, estaba segura de que mi vida la terminaría con él. No te imaginas la cantidad de veces que dejé que mencionara el nombre de nuestros hijos o la cantidad de invitados a la fiesta de matrimonio. Con el tiempo, el amor se transformó en rutina. En vernos todos los días, en sentarnos en el sillón a ver pasar la hora. Nos dejamos de reír o tal vez a mí ya no me causaban risa sus chistes. No sé qué pasó, no sé en qué me equivoqué, qué faltó, que sobró, lo único que sé es jamás me hubiese imaginado sin él.

Hice tantas cosas por él que no haría por nadie más, que sé que nunca podré sacármelo del corazón. Porque es al final él quien me enseñó todo lo que hasta ahora sé. Porque con el cometí los errores que espero no cometer contigo. Porque gracias a él puedo compararme y ver que crecí, que aprendí, que mejoré.

Es él y siempre va a ser él, el hombre más brillante que nunca he conocido.

Pero algo me pasó, algo interrumpió la trayectoria de mi cometa.

Con el tiempo, he descubierto algunas cosas de este objeto sospechoso que cambió el rumbo de los acontecimientos de mi vida.

Por ejemplo, cuando lo ví por primera vez me gustó. Cosa rara en mí.

3ª parte!

Hasta que un día conocí a un personaje que me mostró que la vida está llena de eventos extraordinarios, mágicos, absurdos.

Recuerdo ese día del segundo semestre, ya habían pasado varios días del comienzo de la última parte del año y este recién   estaba apareciendo, con toda su pachorra, con todo su circo.

Se me viene a la cabeza mi caminar distraído entrando a la sala. Recuerdo que él estaba sentado frente a mí. Recuerdo que vi que me miraba.

No sé si fue casualidad, él dice que no, pero a la hora del brake, él se acercó a hacer magia. No sé qué maldito truco me hizo, pero sí me acuerdo que sus ojos brillaban y que no dejaban escapar los movimientos de mi boca.
Así existió él en mi mundo, escondido, esperando, viviendo una vida que no conozco, tocando cuerpos que no son el mío.

Así pasaron mis días lejos de él. Viviendo una historia que no conoce, tocando un cuerpo que era el de él.

Mi vida pasó sin magia. Creyendo que cada día debía ser igual al otro. Creyendo que la vida tiene que seguir como está porque así es más fácil, porque en el riesgo está la posibilidad de caer.

Hasta que la lluvia vino a renovarlo todo, a llenar con su frescura una vida seca.

En esa caminata bajo el agua lo reconocí. Fue cuando vi sus ojos nuevamente, cuando mi boca no pudo contener un piropo. Cuando extendió sus brazos para mostrarse y para hacer que corriera a abrazarlo.

Y así fue no más, le envié un mensaje de texto, a mi parecer sutil, digno de su inteligencia. Y desde ahí no paró esta bola de nieve que ya amenaza con avalancha.

Fue un torrente, pero extrañamente su amor llenó de a poco todos los espacios. Delicado, suave, como la brisa. Sin apuros.

Fue así como descubrí la magia, pero no esa que se hace con cartas, no esa que él pudo haber aprendido de un libro, sino que la magia de ser él. Transparente, sincero, bondadoso, buen amigo. La magia que hace sentirme orgullosa de estar absorbiendo su grandeza.

¿Te cuento?, él es maravilloso. Tiene una sonrisa amplia, tal vez se hace el rudo, pero es el hombre más dulce y tierno que he conocido. Sus ojos también se ríen y muestran a gritos su enorme mundo interior. Tiene manos grandes para recoger mis tristezas y para soportar mis triunfos. Su piel, está conectada con la mía. Es capaz de inundarme. Sabe decirme que me ama, tiene la delicadeza de recordármelo siempre.

El es de verdad…

Nick de msn de alguno de mis contactos: Esperando las vacaciones!

2 respuestas a «Una historia que no me pertenece!»

mmmmmm………
estimado muy lindo texto en lo personal yo no leeo mucho leeo solo lo k me interesa o encuentro atractivo al principio en fin la historia tien dos grandes contenidos a mi pareser muy lindos en fin muchas felizidades por lo redactado y sigua publicando cosas interesantes un saludo mucha paz fuerza y alegria para usted

yo tambien creia que cada día debía ser igual al otro y que la vida tiene que seguir como está porque así es más fácil, porque en el riesgo está la posibilidad de caer como dice esta historia…

Hasta que me reencontré contigo, abriendo una ventana a un mundo lleno de color y magia… llegaste iluminando todo con tu sonrisa amplia y tus abrazos reconfortantes…

Siempre agradezco el conocerte y ser tu amiga aunque seas el mas desagradable del mundo.. nunca preguntas nada no te interesa saber y lo agradezco ya que no me gusta hablar… pero aun asi siempre sabes cuando algo me pasa… siempre estas ahi para hacerme reir y regalarme un abrazo y un beso en la frente cuando lo necesito..!

En el fondo eres el mas lindo del mundo… el mas de los mas..!

besos de colores para vos..!

PD 1: creo que iluminas el mundo de todos quienes te rodean con la magia de ser tu.!

PD 2: actualiza ! este post esta del 27.01.2011 y estamos 09.03.2011… no será demasiado tiempo..????

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