Con procesos lentos se acostumbra a escribir la Patty, a dar una parte de ella a sus lectores, que algunos son también míos, con pequeñas muestra de constancia en los textos, damos a entender el respeto por la gente que entra constante en busca de una nueva historia.
La Patty esta de nuevo «On line».—>
Hay ocasiones en mi vida en que me detengo y pienso porque me gustan tanto las fiestas?. Será un tema genético, mi madre cuenta que a mi abuela Zulema le encantaba tener la casa llena de gente y organizar encuentros en grande, también sé que mis abuelos paternos eran muy fiesteros y alegres, en su casa siempre había música, de hecho mi abuelo tocaba muy bien la guitarra.
También recuerdo a mi tía Eliana, ha ella también le gustaban mucho las fiestas y ni hablar de mi mamá, ella la reina de las reuniones sociales, alegre, atenta y sobre todo le gusta tener siempre la casa con mucha gente.
Sin duda me viene de ahí este afán de hacer de cualquier cosa un encuentro social y sí de celebrar algo puntual se trata con mayor razón!, para eso siempre cuento con la complicidad de mi mamá en la comida, mi marido siempre piensa en la música más el copete y mi hermano en la animación (batucada, magia, luces, etc.) y yo?, yo siempre pensando en quienes quiero que disfruten de esa fiesta.
Pero sin duda cuando de armar una fiesta en el trabajo se trata eso es todo un desafío para mi, ahí estoy sola y debo ver quienes enganchan conmigo, afortunadamente de un tiempo a esta parte nunca falta quien se anima y como el jefe sigue siendo el mismo, basta con que él diga que sí! para yo empezar a armar todo el cuento.
Generalmente distribuyo las responsabilidades y al final armo todo. Así empieza la fiesta, lo que más disfruto es ver a todos felices, bailando, compartiendo, eso me llena de orgullo, cuando todos se transforman en amigos aunque apenas se vean en esa ocasión, pero suficiente para no olvidar, siempre me llama la atención ver personas que no tienen nada en común y terminan como si se conocieran de toda la vida. Me llena de orgullo terminar cansada, pero cansada de haber bailado, de supervisar todo los detalle y lo más importante terminar cansada de reír tanto.
La vida hay que disfrutarla siempre y si esto es siempre una fiesta mucho mejor, creo que después tendremos mucho tiempo para estar en silencio, con la luz apagada y como dijo esa negra linda: «La vida es un carnaval»…»